La confesión de los 250 metros y 100 segundos

Os tengo que confesar que no me gusta.

Desde que pongo el pie en el asfalto, estoy deseando que se acabe.

No soy capaz de disfrutar el sonido de cada zancada, ni de mis pies pisando las hojas secas o el rugido de la tierra quejándose por mis pisadas.

La música me entretiene por segundos, pero no lo suficiente como para hacerme disfrutar del camino.

Mi pecho empieza a doler, la respiración va por libre, no hay quien la controle. Se me seca la boca y el flato se apodera de mi torso.

Pienso en amigos que lo hacen, y que lo hacen bien. Busco inspiración en ellos, pero como llega, se va. Pienso en los niños, en las flores, en el cielo, en la familia. Pienso en el calendario, en recetas. Pienso en Dios. Pienso en mi Mate. Pienso en mí misma. Pienso en los consejos que me han dado mil veces y que parecen no surtir efecto en mi mente y cuerpo. Y solo han pasado 250 metros y 100 segundos.

En definitiva. No me gusta correr y mucho menos me gusta correr sola. No me gusta correr y aún así me apunté a una media maratón. Casi 22 kilómetros.

Me apunté no porque sea una masoquista, aunque lo parezca, sino porque así es la vida. No siempre nos gusta todo lo que tenemos que hacer pero la forma en que lo hagamos determinará el provecho que podamos sacarle a esa situación. Está en nosotros afrontar todos los ciclos de la vida con una actitud que nos permita aprender, mejorar y aprovechar todas las circunstancias que nos rodean.

Huyéndole al problema no lo solucionamos. Hacerle frente nos hará más grandes.

Hoy me he levantado del sofá y he salido a correr. ¿Lento? Puede ser. ¿Con una pésima técnica? También. Pero eso sí, enfrentándolo, dando un paso tras otro, saliendo de mi zona de confort y creciendo.

No sé si de ahora a octubre crezca mi amor por el running, pero os aseguro que sí creceré y lo haré junto a los que me rodean, a fin de cuentas tengo muchos avales me garantizan que tendré éxito en esto:

  1. Mi Mate que me apoya en todas mis locuras.
  2. Mis amigos y familia que me quieren como a nadie y además un coach de 10.
  3. Una súper promesa de lo más importante en mi vida, Dios:

«Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó.»
‭‭
Romanos‬ ‭8:37‬

A seguir corriendo y superándonos!

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